Jesús Augusto Sarcos Romero: ¿Cómo cuidar la salud mientras viajamos?
Cada viajero debe darse sus gustos al momento de visitar cualquier
destino turístico. Observar las bellezas naturales, monumentos, museos o
probar platos típicos son experiencias que cada ser humano debe sentir en algún momento de su vida.
Sin embargo, degustar alimentos o bebidas autóctonas sin tomar en cuenta la higiene, podría jugarle una mala pasada a cualquiera. Para no terminar en un hospital extranjero en lugar de disfrutar, cada turista debe seguir algunas recomendaciones.
En primer lugar, no se debe sobreestimar el sistema digestivo. Muchas personas piensan que no sufrirán ningún percance gastrointestinal, porque son “fuertes” desde el punto de vista inmune, pero al ir a otras ciudades o países, pueden encontrarse con bacterias desconocidas para el organismo. Por ello, es primordial extremar las medidas de higiene, lavarse bien las manos y seleccionar restaurantes serios.
Si el destino es un lugar con mucha altitud, el viajero debe ingerir alimentos livianos, bajos en grasa y carbohidratos, además de masticar muy bien la comida, pues el estómago no trabaja de la misma manera que a nivel del mar. Comer grandes cantidades en sitios muy altos podría enfermar hasta al más sano del grupo.
Evitar en lo posible el exceso de bebidas alcohólicas. La ingesta de licor puede descompensar al turista y hacerle perder algunos días de viaje por una resaca evitable.
Es importante tomar en cuenta que la composición del agua cambia dependiendo de la región. Hay lugares donde el tratamiento del vital líquido está garantizado y se puede, incluso, beber directamente del grifo, pero no en todos los sitios se cumple esta premisa. Hervir el agua o consumirla embotellada son alternativas seguras para evitar enfermarse.
Tener un seguro de viajero puede representar un gasto excesivo, no obstante, la salud es lo primero y es mejor prevenir que lamentar. Presentar una indigestión o, peor aún, sufrir un accidente en otro país es un temor muy válido, por eso es importante tener una póliza para viajar y conocer el mundo con mayor tranquilidad.
Sin embargo, degustar alimentos o bebidas autóctonas sin tomar en cuenta la higiene, podría jugarle una mala pasada a cualquiera. Para no terminar en un hospital extranjero en lugar de disfrutar, cada turista debe seguir algunas recomendaciones.
En primer lugar, no se debe sobreestimar el sistema digestivo. Muchas personas piensan que no sufrirán ningún percance gastrointestinal, porque son “fuertes” desde el punto de vista inmune, pero al ir a otras ciudades o países, pueden encontrarse con bacterias desconocidas para el organismo. Por ello, es primordial extremar las medidas de higiene, lavarse bien las manos y seleccionar restaurantes serios.
Si el destino es un lugar con mucha altitud, el viajero debe ingerir alimentos livianos, bajos en grasa y carbohidratos, además de masticar muy bien la comida, pues el estómago no trabaja de la misma manera que a nivel del mar. Comer grandes cantidades en sitios muy altos podría enfermar hasta al más sano del grupo.
Evitar en lo posible el exceso de bebidas alcohólicas. La ingesta de licor puede descompensar al turista y hacerle perder algunos días de viaje por una resaca evitable.
Es importante tomar en cuenta que la composición del agua cambia dependiendo de la región. Hay lugares donde el tratamiento del vital líquido está garantizado y se puede, incluso, beber directamente del grifo, pero no en todos los sitios se cumple esta premisa. Hervir el agua o consumirla embotellada son alternativas seguras para evitar enfermarse.
Tener un seguro de viajero puede representar un gasto excesivo, no obstante, la salud es lo primero y es mejor prevenir que lamentar. Presentar una indigestión o, peor aún, sufrir un accidente en otro país es un temor muy válido, por eso es importante tener una póliza para viajar y conocer el mundo con mayor tranquilidad.
